En el segundo semestre de 2024, el robo al transporte de carga en México ha mostrado un crecimiento alarmante, impactando gravemente la seguridad de las operaciones logísticas. Este fenómeno, ya persistente en el país, continúa en ascenso debido a una combinación de factores que incluyen la falta de protección adecuada y la expansión de las áreas afectadas.
Durante el primer semestre del año, se registraron alrededor de 8,490 incidentes de robo de carga, destacando a los estados de Estado de México, Puebla y Jalisco como las entidades con mayor incidencia. Las carreteras más peligrosas incluyen la Autopista 150D, que conecta San Martín Texmelucan con Amozoc, acumulando un 8.29% de los robos a nivel nacional. Esta ruta es conocida por su alta vulnerabilidad y la limitada presencia de autoridades que puedan disuadir a los delincuentes en ciertos tramos críticos
Otro punto importante es el tipo de mercancía que suele ser blanco de los delincuentes. Productos de consumo como alimentos y bebidas ocupan el primer lugar, seguidos por materiales de construcción e industriales. Este perfil de productos sugiere una demanda en el mercado negro para bienes de primera necesidad, lo cual eleva los riesgos asociados con el transporte de estos artículos en regiones conflictivas.
A pesar de estos esfuerzos, la recuperación de mercancías sigue siendo un desafío, con apenas el 57% de éxito en los casos reportados, cifra que ha disminuido en comparación con años previos. Esta situación no solo afecta a los transportistas, sino que también tiene repercusiones en las cadenas de suministro y en la economía de México, que depende en gran medida del transporte terrestre para la distribución de bienes.
Para mitigar estos riesgos, es crucial que tanto empresas como autoridades trabajen en conjunto para fortalecer la seguridad en las rutas, especialmente en zonas de alto riesgo, e implementar tecnologías avanzadas que ayuden a proteger las cargas y a disuadir los robos en las carreteras del país.
Frente a este escenario, CLT Protección recomienda seguridad y monitoreo tanto físicas como electrónicas, especialmente en el centro del país, donde el 88% de los robos son reportados. Las soluciones incluyen monitoreo en tiempo real, tecnología de rastreo, y una coordinación más estrecha con las autoridades locales para la implementación de controles y la recuperación de mercancías robadas